
08/05/2025
Vivamos el Tiempo Pascual
50 días de alegría y esperanza
Con la celebración de la Vigilia Pascual entramos en el tiempo litúrgico más luminoso de nuestra fe: la Pascua. Durante 50 días, desde el Domingo de Resurrección hasta Pentecostés, la Iglesia se llena de gozo para anunciar la victoria de Cristo sobre la muerte.
Es un tiempo para renovar nuestra esperanza, fortalecernos en la fe y dejarnos transformar por la presencia del Resucitado.
Para acompañarnos y orientarnos en este camino pascual, les compartimos algunos extractos significativos de la homilía que el Padre Jorge predicó el pasado Domingo de Pascua de Resurrección. Su mensaje nos ayuda a comprender por qué la resurrección de Jesús es el corazón de nuestra fe y cómo sigue tocando nuestras vidas hoy.
A continuación, una mirada a los puntos más destacados de su mensaje:
“No hay nada más grande en nuestra fe cristiana que esta noche-día”, comenzó diciendo el Padre Jorge, recordándonos el significado profundo de la Vigilia Pascual_. “Con solemnidad hemos encendido este gran cirio desde el fuego._ Signo del Espíritu Santo quien ha resucitado a Jesucristo de la muerte”.
“Hemos cantado tres veces: ¡Luz de Cristo! Porque él nos ha probado con su resurrección, que es la luz y la vida del mundo”, continuó diciendo.
Uno de los pilares de la homilía fue afirmar con claridad que la Resurrección de Jesús no es una idea simbólica ni una sugestión emocional, sino un acontecimiento real y comprobado:"¿Pero verdaderamente ha resucitado Jesús? ¿Qué garantías tenemos de que se trata de un hecho realmente cierto?”, preguntó el Padre, señalando que “Sin el hecho de la resurrección, el nacimiento del cristianismo y la permanencia de la Iglesia a través del tiempo. Se convierte en un misterio aún más difícil de explicar que la misma resurrección”.
“¿Cuál es todavía la prueba más fuerte de que Cristo ha resucitado?.. ¡Simplemente, el hecho que el mismo está vivo!”,afirmó nuestro párroco.
Finalmente, el Padre Jorge nos invitó a que en este año del jubileo de la Esperanza, nos demos cuenta de que la mayor compasión que Jesús de Nazaret puede tener con cada uno de nosotros, “es colocar en lo más íntimo de nuestros corazones una corazonada cargada de futuro: ¡No moriremos para siempre!”.
Durante estos 50 días de Pascua, vivamos con alegría el anuncio de que Jesús está vivo. Dejemos que su luz ilumine nuestras noches oscuras, fortalezca nuestra esperanza y transforme nuestra vida.
¡Cristo ha resucitado!